La destrucción de Hatra marca un punto de inflexión en la limpieza cultural de Iraq, afirman los dirigentes de la UNESCO y la ISESCO
Desde el principio del conflicto en Iraq, además de la trágica pérdida de vidas humanas y la crisis humanitaria asociada a la persecución de minorías culturales y religiosas, el patrimonio cultural ha sido objeto de destrucciones intencionales cuya finalidad era borrar la historia del país y socavar la coexistencia pacífica entre comunidades diversas.
En los últimos días, los ataques contra la cultura de Iraq han sufrido una escalada dramática. Tras los brutales ataques contra numerosas obras de arte conservadas en el museo de Mosul y la destrucción con excavadoras de la antigua ciudad asiria de Nimrud, fuentes oficiales informaron el sábado de la destrucción del sitio del patrimonio mundial de Hatra, una ciudad fortificada situada en la antigua zona de influencia del Imperio Parto que fue capital del primer reino árabe y raíz de las ciudades árabes islámicas.
“La destrucción de Hatra marca un punto de inflexión en la estrategia abominable de limpieza cultural que está en marcha en Iraq”, declararon la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, y el Director General de la Organización Islámica para la Educación, la Ciencia y la Cultura (ISESCO) en un comunicado conjunto. “Se trata de un ataque directo contra la historia de las ciudades árabes islámicas, y confirma el papel que desempeña la destrucción del patrimonio en la propaganda de los grupos extremistas”.
“Con este nuevo acto de barbarie en Hatra, que había sido justamente reconocido como sitio del patrimonio mundial, Daesh muestra el desprecio que tiene por la historia y el patrimonio del pueblo árabe. La UNESCO y la ISESCO están plenamente movilizadas para responder a esta emergencia y dispuestas a asistir a las autoridades iraquíes de todas las maneras posibles”, aseguraron Bokova y Altwaijri.
Hatra resistió las invasiones romanas de los años 116 y 198 de nuestra era gracias a sus altas murallas y sus torres. Los vestigios de la ciudad, en particular los templos en los que la arquitectura romana y helenística se mezclan con elementos decorativos orientales, son testimonio de la grandeza de esta civilización.