Monday, 07 December 2009 | |
Buenos Aires, 11 de Octubre de 2008 Líbano es históricamente un país de 10452 km2 y si bien sus fronteras pudieron tener alguna modificación en estos cuatro milenios la tendencia de ese pueblo emprendedor e industrioso a emigrar se remonta a los confines mismos de la historia correctamente documentada. La fundación de Cartago por la reina Didón de Tiro en el año 814 A.c. aproximadamente, la colonización de parte del Norte de África, España, Sicilia son pruebas irrefutables de una vocación globalizadora que nace en los albores de la historia de la humanidad. La segunda mitad del siglo XIX es el origen de la actual diáspora libanesa después de los enfrentamientos de 1861 .Luego la primera y la segunda guerra mundial terminaron de generar las corrientes migratorias masivas de libaneses. Los principales destinos fueron Estados Unidos, Brasil, Argentina, Méjico y Venezuela. Pero luego se sumaron Australia, Canadá y otros países sudamericanos. A medida que los países árabes fueron prosperando fueron otro importante destino sin olvidar a Europa y casi todos los países importantes de África. Se calcula arbitrariamente que hay tres veces más libaneses y descendientes viviendo en todos esos países de acogida que en el propio Líbano con sus cuatro millones de habitantes. Esos números deben ser tomados con cautela pues mucho de las primeras corrientes migratorias se diluyeron por varios motivos. Los matrimonios mixtos fueron uno. Pero las deformaciones de los apellidos y la poca voluntad de muchos de esos primeros inmigrantes en preservar una identidad muy sufrida y castigada por persecuciones es un factor que merece ser tomado en cuenta por futuros investigadores. Argentina, EEUU, Canadá, Australia, Brasil y Méjico eran países donde la emigración europea era preferida a la de los países levantinos. Por eso no debe sorprendernos que muchos de esos primeros inmigrantes salidos del Líbano con documentos de súbditos del Imperio Otomano prefirieran camuflar su identidad bajo un manto de olvido o disimulo antes que recibir el despectivo mote de turco. Eso era más acentuado en la segunda generación, que hablaba el idioma local a la perfección, que tenía casi siempre más educación y se sentía con derecho a disfrutar plenamente del nuevo mundo al que sus padres la habían traído con tanto sacrificio. Ese fenómeno no se repitió ni en África ni en Europa. Allí los libaneses siguen siendo libaneses y aunque pasen décadas siempre tienen al Líbano como su punto de referencia. Algunas sociedades han sido más absorbentes que otras. La mejora de la comunicación y la fundación del moderno estado libanés en 1943 trajo aparejado la necesidad de crear una organización que acercara e integrara a los emigrados y al país de sus raíces. Fundación y desarrollo de la U.L.C.M. Ese proceso tuvo cuatro etapas. La preparación previa, la etapa fundacional, la guerra civil libanesa y la refundación actual. 1. La etapa previa a la actual Unión Libanesa Cultural Mundial se inició en Buenos Aires en 1956 y tuvo como protagonista a la Asociación Patriótica Libanesa , hoy Club Libanés , y a su presidente el Licenciado Simón Bestani. .No bien electo su Comisión Directiva y él decidieron darle a su ideal un impulso continental. En varios viajes en 1957 y 1958 se contactó con personalidades de origen libanés en EEUU, Cuba, Brasil, Méjico y otros y se decidió fundar una federación continental. Fueron importantísimos en ese proceso el entonces Embajador del Líbano en Washington el Dr. Victor Khoury y el cónsul honorario libanés en La Habana Don Natalio Chediack. Este último sería uno de los pilares del desarrollo de la institución a la par del Sr. Bestani. Se decidió formar la FEDERACIÓN INTERAMERICANA DE ENTIDADES LIBANESAS, cuya sigla era F.I.E.L. Se contactaron con el prominente abogado Dr. Alfredo Busaid, luego Ministro de Justicia en Brasil y juntos organizaron su primer congreso internacional en La Habana en 1959. La fundación se terminó de concretar en 1959, luego de contactar entidades libanesas de EEUU, Uruguay, Paraguay, Chile, Guatemala, Costa Rica, Haití, Brasil y Ecuador. En 1961 hubo un congreso en Ciudad de Méjico de singular éxito y concurrencia. Dado ese impulso integrador y patriótico en el congreso siguiente en 1962 en Boston concurrió una nutrida delegación libanesa encabezada por el entonces Canciller libanés Dr. Philip Takla y los Dres. Fuad Ammoun , Fuad Breide y Nallib Dahdah. La decisión fue darle a la federación un tenor mundial y allí se formó la UNION LIBANESA CULTURAL MUNDIAL. 3. En 1975 estalló la guerra civil libanesa y la diáspora sintió el impacto de la fragmentación de la sociedad de la cual era originaria. Cada país se arregló como pudo y trató de evitar las interferencias que trataban de hacer algunos políticos libaneses de una parte u otra. En Argentina se fundó en 1979 la Unión Cultural Argentino Libanesa sobre la misma personería de la Unión Libanesa Cultural Mundial. El objetivo era preservar un sesgo localista y autónomo. No Fue un período provechoso y era lógico que no lo fuera. 4. Entre 2000 y 2001 se inició una etapa refundadora en los congresos de Méjico y estuvo signada por la lucha patriótica por el recupero de la soberanía del Líbano. Presidentes como Bechara Georges Bechara, Joe Baini, Anise Garabet y el actual Elie Hakme siempre priorizaron la defensa de las libertades del pueblo libanés en todos los foros del mundo en los cuales podían hacer oír sus voces. Siempre fueron hombres de profundas convicciones patrióticas y de sacrificio. Más allá de alguna diferencia menor en temas menores las voces de los seis consejos continentales siempre funcionaban al unísono en América del Norte, América Hispana y el Caribe, Brasil, Australia y Nueva Zelanda, Europa y África .Se estima que las filiales e instituciones adheridas son 250 en todo el mundo. Si tuviera que dar un diagnóstico al respecto de su futuro diría que el mismo está atado a la dinámica de su juventud. Solo las generaciones más actuales pueden conciliar las brechas entre los dirigentes nacidos en Líbano y que solo piensan en función de donde nacieron y los nacidos en los países de inmigración que mantienen intacto su amor por ese país pero que ven en la ULCM una herramienta que, además de servir a la patria de sus padres y abuelos sea primordial que sea para ellos como un elemento para desarrollar mejor a sus colectividades y hacerlos más fuertes y unidos en el mundo. Sería bueno para esto que cada dirigente tenga tres agendas paralelas. La local, la internacional y la de Líbano y Medio Oriente. La más importante es sin duda la local, pues le da a cada referente legitimidad y prestigio en el ámbito del cual es originario. La internacional es también clave pues traslada esa legitimidad al mundo y por último la del Líbano y Medio Oriente, pues alguien que adquirió prestigio y legitimidad en su medio y en el medio de sus pares en el mundo puede hablar con autoridad en defensa de la patria de sus abuelos en el ámbito de la comunidad internacional donde solamente la gente con autoridad moral es escuchada. El futuro de la identidad libanesa en la madre patria y en la diáspora depende por lo tanto de ustedes y de su diligencia. |